Hoy me he tomado un pequeño respiro. Debería estar entrando en el estudio pero, con la llegada de diciembre, los pensamientos y reflexiones se agolpan, y quiero aprovechar esta oportunidad para plasmar todo lo acontecido en 2019.

Este año ha sido como un máster a contrarreloj, de esos que te exigen mucho, pero de los que sales con la seguridad necesaria para seguir creciendo. Hace un año me preocupaba por las dificultades para crecer y por la gran inversión que el estudio me exigiría. Tenía energía y muchas expectativas, pero también grandes incógnitas que resolver.

Comenzaba el año siendo yo mi única compañera, apoyada sólo por miedos e incertidumbre. Pasado un año, somos 5 personas en el equipo. Personas de las que aprendo cada día, con las que me gusta compartir y hacer nuestros cada uno de los proyectos. Ha sido una suerte encontrarlas.  

Juntas hemos trabajado duro, seguramente mucho más de lo que a nuestros familiares y amigos les hubiese gustado. Yo he tenido miedo a la hora de tomar ciertas decisiones, esas que te quitan el sueño, al mismo tiempo que te proyectan a futuros ilusionantes. He viajado a más de 6 países, he dormido lo justo, he comido cuando me sobraba tiempo pero, sobre todo, he vivido al máximo.

Y con esta intensidad, he dado lo mejor de mí y de Estudio Crearte a cada proyecto, a cada cliente. Aunque ha sido un reto constante, espero con las mismas ganas e ilusión que el 2020 nos traiga la mitad de buenos proyectos, que ya nos ha dado el 2019.

Recordaré siempre con cariño y agradecimiento cada paso y persona que me ha hecho crecer en este año. Doy gracias por todo lo aprendido, y por todo el valor que me dan quienes me rodean para saltar, atreverme y ser feliz.

¡No te cambio por nada, 2019!

Cristina