Aceptología

La ciencia que he descubierto gracias al COVID-19

El poder está en tu mente

Lo confieso, el confinamiento me ha dado la oportunidad de pararme y reflexionar. Si, eso que a menudo nos planteamos hacer al día siguiente, el fin de semana, o durante las vacaciones… y que luego se nos olvida, en medio de la vorágine de los días.

Así es que, hoy me he propuesto cambiar radicalmente de tema, para hablarte del largo camino en el que me encuentro, y en el que espero continuar por mucho, mucho tiempo… Es el camino de la aceptación. Ojalá estas reflexiones te sirvan tanto como me están sirviendo a mí.

En las últimas 5 semanas, he meditado, practicado yoga y he hecho deporte en casa. He leído, desempolvado a mi artista interior, he disfrutado de tiempo en pareja y, sobre todo, he hecho introspección. Gerardo Schmedling ha sido uno de mis maestros estos días, y es por eso que te quiero hablar de su concepto de Aceptología. Al conocer este concepto, algo en mi ha cambiado…

Gerardo nos viene a decir en su texto titulado Escuela de Magia del Amor (nunca imaginé que leería algo con un título similar, cierto es) que la Aceptología es la ciencia que nos libera del sufrimiento. El opina que la resignación es una limitación mental, mientras que la aceptación, es una comprensión de la realidad del orden del universo. Si yo de verdad acepto algo, es porque lo he comprendido, y si lo he comprendido, eso me libera.

Creo plenamente en estas palabras y, no sólo eso, creo que nuestra cultura nos ha enseñado unos ideales que ella misma estima importantes. Los ideales no son medibles, son una cuestión del ego, de la ignorancia. Tener ideales o Idealizar, significa no aceptar la realidad y, cuando yo no acepto algo, el resultado es sufrimiento, culpa, angustia, depresión... Culpando a los demás de que las cosas no funcionan, o a mí mismo, de que no soy capaz.

Entonces es cuando pienso: Si no debemos tener ideales, ¿a qué hemos venido a este mundo?. Me he pasado toda mi vida sin saber responder a esta pregunta. Ahora, creo que por fin lo tengo claro: A aprender a ser feliz por mi misma, a aprender a amar a los demás y aceptarles como son.

Gerardo pone otro ejemplo cuando habla de la Aceptología: "Imagina que tienes delante cuatro caminos a elegir: norte, sur, este y oeste. No conoces ninguno e inmediatamente piensas: “Yo tengo la meta, el objetivo, de caminar hacia el norte”. En realidad, no sabes hacia dónde está tu meta, tienes que descubrirlo. Entonces empiezas a caminar hacia el norte, y te encuentras con obstáculos, porque ese no es el camino que te corresponde. Pero, al tratarse de tu objetivo, luchas, peleas y te dices que hay que ponerle constancia, cuando en realidad, lo que estás poniendo es terquedad para conseguir tu objetivo: llegar al norte.

Ahora, imagínate que tu propósito fuese descubrir cuál es tu camino, aquel donde puedes desarrollar tu función… Entonces todo cambia. Estarás dispuesto a dejarte guiar, estarás abiert@ al cambio. Y cuando encuentres el camino en el que fluir, te liberarás. Sentirás que las metas rígidas e ideales preestablecidos no servían para ser feliz, porque no te permitían ubicar tu propio camino, el tuyo".

Saber vivir, por tanto, es saber aprovechar lo que la vida nos ofrece para ser felices y amar. Haciendo estas dos cosas, el éxito y la prosperidad son inevitables, dice Gerardo.


Cristina

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